Solicitado por Jorge Rumi Servicios de Emergencia 107
Motos a gran velocidad, con escapes libres, sin patentes, zigzagueando en
un tránsito apestado de vehículos; conductores y acompañantes sin casco,
automovilistas y pasajeros sin cinturón. Tres o cuatro personas en esas dos
ruedas con bolsas de súper y mochilas.
Colectivos, taxis y remises que no respetan la senda peatonal, ni los
semáforos. Peatones que cruzan por cualquier lado, entre los autos o por
delante del colectivo. Veredas rotas y plagadas de puestos de vendedores,
bicis atadas a los postes y motos encadenadas sobre la vereda, calles
angostas y en mal estado; vehículos estacionados en doble fila, bocinazos,
gesticulaciones y agravios verbales, etc.
¿Sabe Usted de que ciudad estoy hablando?
Este es el caos total de la Ciudad de Córdoba. Cuando uno observa todo
esto, entiende por qué en la “docta” mueren y se hieren o lastiman tantos
cordobeses (y visitantes). Por que hay tantos accidentes!
En la actualidad no hay enfermedad que mate o lesione tantas personas
jóvenes, como los accidentes de tránsito.
Un informe muy reciente (12 de julio de 2011) del Hospital de Urgencias de
Córdoba en la página oficial de la Municipalidad de Córdoba:
En poco más de un mes se atendieron 1775 motociclistas accidentados
El Hospital Municipal de Urgencias atendió 4803 consultas desde el 2 de junio
al 11 de julio, de las cuales 3003 fueron personas accidentadas, entre ellas
1775 motociclistas.
Más de 40 personas lesionadas por día.
2 Heridos en Moto por hora.
Uno comienza a poner en dudas hasta las promesas electorales, ya que ningún
candidato hace énfasis en este enorme problema que atenta diariamente
contra más de medio centenar de ciudadanos cordobeses.
Se hace muy difícil creer que en Córdoba la siniestralidad vaya a mejorar; va a
continuar siendo igual o peor si no se trabaja inmediatamente en el problema.
Creo que esto que nos sucede en Córdoba es un problema de educación,
control y de respeto entre los seres que transitamos.
Todas y cada una de estas conductas son parte del escenario cotidiano de
nuestra ciudad, y en él “todos”, totalmente todos amenazados. Ya que no
importa el rol que cumplan en el tránsito, caminando, viajando en bici o en
moto, en colectivo, taxi o remis e incluso en su auto particular.
Conducir sin protección, parece un hábito adquirido con el paso de los
años, imposible de desterrar. Parece increíble como cuando conducimos,
descuidamos nuestra propia vida y la de los otros.
Como, con el paso de los años, hemos desvalorizado lo más importante que
tenemos: NUESTRA INTEGRIDAD Y NUESTRA SALUD!
¿Por qué nos costará tanto cambiar nuestros hábitos cuando nos conducimos
por las calles?
Hace diez años atrás, ver un ser humano lesionado, lastimado o muerto en
la calle por un accidente, nos acaparaba toda la atención. Lo sufríamos en
carne propia y nos acongojaba el dolor de la víctima y sus familiares. Hoy,
esquivamos los heridos por accidentes, igual que si fueran pozos. Se reiteran
de manera sistemática estos tipos de siniestros y han pasado a ser parte del
folklore de la ciudad.
¿En que parte de esta historia nos hemos deshumanizados?
La clave para mejorar la inseguridad vial parece ser “volver a humanizar
el tránsito”. Proteger y protegernos volviendo a actuar preventivamente,
comenzando a pensar ¿Qué puedo hacer yo para evitar tener un accidente?
O en el caso de sufrirlo ¿Qué elementos de seguridad evitarían que nos
lastimemos?
A esto lo hemos dicho innumerable cantidad de veces, casi hasta el hartazgo;
pero aún así no voy a evitar seguirlo repitiendo: USAR EL CASCO Y EL
CINTURÓN, NOS PREVIENEN DE TENER LESIONES GRAVES, O
LAMENTABLEMENTE, MORTALES.
Muchísimos de los heridos son conductores de moto o acompañantes, también
hay gran cantidad de peatones involucrados entre los gravemente heridos.
Muchos de estos lesionados, lo son por errores en la conducción, inexperiencia
de manejo y hasta por contravenciones, pero más allá de esto, debemos
trabajar para minimizar la consecuencia de los accidentes, ya que hoy son
terceros o desconocidos pero mañana pueden ser uno de los nuestros.
El tránsito en nuestra ciudad, no puede ser una ruleta rusa, no podemos
permitir que esto siga sucediendo; debemos diseñar planes estratégicos de
educación, prevención y control.
No existe otra forma, y no nos queda mucho tiempo, mientras tanto… siguen
muriendo cordobeses en las calles de nuestra ciudad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario