Solicitado por Jorge Rumi (Servicio de Emergencia 107)
El crecimiento explosivo del parque de moto vehículos en la Ciudad de Córdoba, trae aparejado que la ciudad comience a vivir tragedias cotidianas.
La incorporación al tránsito, ya de por sí caótico, de chicos, adolescentes y jóvenes a cargo de la conducción de motos, nos muestra las consecuencias.
Estos jóvenes, que hasta es natural que quieran "vivir la vida más intensa", que por momentos quieren desafiarlo todo y le pierden el respeto a la muerte, son los mismos jóvenes que acceden a conducir por primera vez un vehículo a motor; que les brinda una dosis de "adrenalina extra" y les permite exhibirse ante sus pares.
Son los mismos que se tientan a organizar picadas o Willis, sin medir las consecuencias.
Son los que desconocen que hacer "slalom" entre los autos de la ciudad es una conducta casi suicida, y que como todo acto suicida, traen aparejada víctimas.
Se debe trabajar sobre la conducta de los jóvenes motociclistas, haciéndoles conocer que estas acciones riesgosas traen resultados indeseados y dañinos para ellos mismos y su prójimo.
Ya que estos comportamientos peligrosos generan, entre otras cosas, irritabilidad en el resto de los transeúntes de la calle, que ven en ellos enemigos del tránsito.
Todas estas malas acciones de jóvenes conductores de motocicleta inexpertos, se suman para incrementar la inseguridad en el tránsito.
Nosotros, los adultos, debemos brindarles información y formación conductiva, para que logren entender que sus actos, sumados a su inexperiencia y escasa formación teórico/práctica, convierten su conducción en un riesgo inminente.
Los novatos conductores de moto deben comprender que para los jóvenes de la sociedad actual, los "siniestros viales son su peor enemigo", ya que son quienes pueden terminar con su vida o con su salud.
Ellos aprendiendo a conducirse responsablemente y protegidos adecuadamente pueden prevenir los riesgos de las lesiones del tránsito.
Deben incorporar mayor conocimiento teórico y relacionarlos con sus experiencias al manejo de sus motos para poder interpretarlos y poder cambiar su actitud dirigiendo su vehículo.
El crecimiento desmesurado de la venta de motos debería mejorar el bienestar para la sociedad, pero en este caso logra un efecto contrario debido al acceso de personas demasiado jóvenes y sin la educación como conductor responsable, afectando así a su propia salud.
El disponer de los recursos económicos, con la facilidad que hoy se ofrece para la compra del vehículo, no debe ser el único requisito para hacer uso él. Se le debe brindar a este nuevo conductor la educación adecuada para adquirir los conocimientos necesarios, previo a hacer uso del mismo e integrarse a la vía pública.
Nuestra ciudad ha sido desbordada por el incremento desmedido de motos, sumado a esto, el acceso de los adolescentes a edades más tempranas a la moto.
Estos jóvenes conductores sin un mínimo proceso de aprendizaje, sin experiencia de conducción previa y sin elementos de seguridad, aumentan los riesgos y las tragedias del tránsito que sufrimos en la ciudad.
Se están produciendo demasiados accidentes, mucho mayor a los que se podría esperar, a esto debemos llamarle "epidemia del tránsito".
Si bien no debemos generalizar, la mayoría de estos siniestros que involucran a motociclistas, tienen como característica la irresponsabilidad y la falta de conciencia de los conductores que transforman sus vehículos en un arma mortal.
Es fundamental cambiar con urgencia los hábitos de los conductores y controlar el crecimiento del parque de moto vehículos, orientar, educar y comprobar la capacidad que tienen los aspirantes al carnet de conductor.
Hoy ser un joven conductor es muy peligroso, no son las guerras las que matan a nuestros jóvenes, ni las pestes, ni las hambrunas, son los siniestros viales los que se cobran día a día innumerables vidas jóvenes y esto por desgracia ocurre en nuestra ciudad.
El Argentina, durante el pasado 2010, los muertos por siniestros viales fueron 9612 personas, los que presentaron mayor riesgo tenían entre 14 a 30 años.
Los jóvenes conduciendo o siendo pasajeros, son la modalidad que más vidas se cobra.
Es necesario que se tome este flagelo como una prioridad absoluta del estado.
"Un solo muerto más es demasiado".
Se debe legislar con la intensión de modificar y actualizar las leyes que regulan el tránsito en la ciudad, enfocadas en proteger a los motociclistas, generando acciones de protección y conducción segura.
Se tiene que instrumentar un plan de control del mal uso de la moto, controlando la velocidad, el traslado de más personas de las permitidas, el uso adecuado del casco protector y haciendo especial hincapié el la prohibición del traslado de menores de 6 años.
Sancionar en tiempo y forma para poder corregir y disuadir.
La legislación nacional del tránsito dice que pueden acceder a conducir una moto, los menores de 16 años, aunque la moto no puede ser mayor a 50 c.c. de cilindrada y los padres deben firmar la responsabilidad de hacerse cargo de los daños que estos puedan ocasionar.
La prevención de los accidentes de tránsito debe tener preponderancia en la agenda municipal y provincial.
¿Solo las autoridades pueden actuar sobre la seguridad vial?
Los ciudadanos ¿Van a esperar que haya un inspector controlando cada moto, para así entender que un menor no puede manejar, ni se puede trasladar más de un niño como acompañante?
Manejar una moto en nuestra ciudad es una conducta que genera "alto riesgo"; además de muertos, produce muchos discapacitados y representa un fabuloso gasto que la sociedad tiene que solventar.
Se ha comprobado que "por cada peso utilizado en prevención, se ahorran seis pesos en atención médica u hospitalaria.
TENEMOS UNA SOCIEDAD ENFERMA DE SINIESTROS VIALES
Aprendamos de las tragedias del tránsito, que el estado se preocupe y también se ocupe inmediatamente.
El pedido es "POR LA SALUD DE NUESTROS JÓVENES MOTOCICLISTAS Y LA DE TODAS LAS FAMILIAS CORDOBESAS.
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